Cómo protegerse del fraude en pagos online.

La subida de las compras en medios online representa una gran oportunidad para las empresas, después del 2020 muchas empresas han empezado sus procesos de digitalización y en uno de esos procesos son las ventas online.  

En un reporte de la Conferencia de las Naciones Unidades Sobre Comercio y Desarrollo, establece que actualmente, el mercado global de comercio electrónico tiene un valor aproximado de 22,1 trillones de dólares, y sigue en crecimiento constante, esto gracias a dos cosas que son el crecimiento de la penetración del internet y la pandemia que obligo a los usuarios a hacer sus compras por medio de medios digitales. Según lo indica Forbes 

De acuerdo con un estudio realizado por la ONU, el 47% de la población mundial tiene acceso a internet, según datos del 2017, mientras que en el 2019 fue del 53% teniendo un crecimiento exponencial y para este año se tiene un 59,5% de penetración. Esto ha ayudado que las empresas tengan un mayor auge en las ventas online abriendo un nuevo panorama para el usuario.  

Sin embargo, un factor que no siempre se considera al hablar sobre el aumento del comercio electrónico es el riesgo al fraude, o más específicamente, a las transacciones fraudulentas en los pagos. El fraude en los pagos electrónicos se define como una transacción falsa o ilegal realizada por un ciberdelincuente, la cual podría resultar en pérdidas importantes para cualquier empresa que venda productos en línea. 

Las empresas y organizaciones deben de implementar nuevos protocolos y lineamientos para mitigar el riesgo del fraude tanto como sea posible. Es por eso que a continuación las mostramos algunos consejos de como poder contrarrestar el riesgo: 

Evaluación de riesgo: Es muy importante que cada empresa entienda y conozca, al 100%, los fraudes a los que está expuesta (mismos que no son iguales para cada organización). La evaluación debe incluir, como mínimo: identificación, probabilidad y respuesta al riesgo de ataques de fraude 

Detección y prevención: La prevención incluye políticas, procedimientos, entrenamientos y comunicaciones que detectan el fraude al tiempo que ocurre. La detección de fraude es impulsada por las actividades y técnicas (frecuentemente procedimientos analíticos complejos) que reconocen, inmediatamente, si está ocurriendo algún fraude. Ésta usualmente incluye una variedad de tecnologías y metodologías, como recopilación de datos, informes de irregularidades, análisis de tendencias y velocidad (qué tan rápido se reciben órdenes de la misma tarjeta de crédito o débito) y evaluaciones continuas de riesgo. Asimismo, aunque las técnicas de prevención no pueden garantizar que no exista un riesgo al fraude, éstas constituyen la primera línea de defensa para minimizar este riesgo. 

Investigación y medidas correctivas: Ningún sistema de control interno funciona como una garantía absoluta contra el fraude. Es por ello que se debe designar a un conjunto de profesionales capacitados, expertos en el tema, para que pueden encargarse de estos casos dentro de la organización. Por otra parte, todas las situaciones de cumplimiento y denuncias de fraude se deben investigar, evaluar y resolver lo más pronto posible. 

Plan de respuesta: Posiblemente el elemento más importante en la lista, ya que establece el protocolo de respuesta a sospechas o casos de fraude. Debe incluir los cargos y funciones de los responsables en este tipo de casos, así como procedimientos que permitan la recopilación de datos para facilitar la toma de decisiones. En este sentido, el plan de respuesta al fraude debe incluir: mecanismos de denuncia, investigación de la situación con las personas involucradas, recuperación de los fondos o propiedades, y modificación de la estrategia antifraude. 

El riego siempre es posible minimizarlo, sin embargo, las empresas deben de tener claro que para esto se debe de tener los proveedores de herramientas y sistemas comprobados para asegurar esos pagos electrónicos.