Conozca cómo proteger sus datos y evitar fraudes con sus tarjetas

Para 2025 se esperan pérdidas por robos de hasta US$ 200.000 millones a nivel global. Expertos dan claves para prevenir las estafas. 

A raíz de la pandemia Covid 19 las personas han incrementado el uso de productos financieros como tarjetas débito y crédito, disminuyendo de manera considerable el uso de dinero en efectivo, situación que ha generado que los clientes estén más expuestos a fraudes electrónicos.  

Un estudio realizado por BPC Banking Technologies, compañía especializada en soluciones digitales inteligentes para instituciones bancarias, proyectó que para 2025 el mercado global de pagos con tarjeta llegará a los 2 billones de dólares; sin embargo, también advirtió que se espera para ese mismo año una pérdida, como consecuencia del fraude, de hasta 200.000 millones de dólares. 

El modus operandi 

“La pandemia de covid-19 ha acelerado la adopción del comercio electrónico, lo que impulsó el aumento de los pagos de tarjeta no presente (CNP); oportunidad de oro para los estafadores. Los expertos en fraude dicen que este ha aumentado en un 70 % desde el inicio de la pandemia”, aseguró a EL COLOMBIANO Meyer Saavedra, gerente de ventas y consultor de soluciones de BPC Banking Technologies. 

Actualmente, según reveló el estudio de la compañía, existen tres métodos que utilizan los estafadores: interno, externo y confabulación. 

En el método interno el trabajador llega a ser el mismo estafador, aprovechándose de la autoridad y la confianza dentro de la empresa, obtiene accesos y viola algunas normas de seguridad. Según la encuesta realizada, en diciembre de 2020, por la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE), el 65 % de estos estafadores son empleados de la empresa y el 38 % hizo parte de la compañía por más de seis años. Estos trabajadores causan pérdidas en un promedio de 200.000 dólares; además, el 20 % haría parte del nivel ejecutivo y causa la mayor cantidad de los desfalcos, con un promedio de 600.000 dólares. 

En cuanto al método externo, este es utilizado por clientes, vendedores y proveedores, quienes aprovechan su vínculo financiero para enviar cheques sin fondos, información falsificada para un pago, devolver productos robados o falsificados, obtener un reembolso o participar en esquemas de manipulación de licitaciones, por ejemplo. 

Por último, el método de confabulación involucra a antiguos empleados, proveedores o clientes que actúan junto a algún miembro de la organización. El 20 % de todos los esquemas de hurto, arrojó el estudio, son producto de una colaboración entre estafadores internos y externos. 

Los tipos de fraude 

“Las compras por internet han tenido un incremento en su participación de una forma abismal. Inclusive, las personas que no confiaban en los canales digitales han empezado a hacerlo. El hecho de que la usabilidad de las tarjetas y los demás canales virtuales haya incrementado cogió mal parados a los sistemas de seguridad de algunas entidades bancarias, las cuales han sido víctimas de intrusión en su sistema financiero”, expresó Rafael Felipe Gómez Uribe, abogado especialista en derecho comercial. 

Según el informe de BPC Banking Technologies, entre los principales tipos de fraudes que se suelen aplicar en el comercio electrónico están los de “tarjetas”, incluidos los de transacciones de CNP, que sucede principalmente porque el comprador y el vendedor no están en persona durante la transacción, y los de tarjeta presente (CP), en el cual los datos son robados por medio de cajeros automáticos y dispositivos POS móviles (datáfonos). 

Existen otros tipos de fraude, está el denominado fraude de “ingeniería social”, las personas son engañadas para que paguen dinero para salvar a sus familiares de enfermedades, o los estafadores se hacen pasar por funcionarios públicos. El fraude “amistoso”, por su parte, es uno de los que más amenazan el comercio electrónico y se origina cuando el titular de la tarjeta recibe el producto comprado, pero luego alega que no autorizó la compra o que nunca lo recibió. 

También está el llamado fraude de “falsificación”, en el cual se copian datos de tarjetas legítimas en un plástico falso, una modalidad que ocurre con frecuencia en estaciones de gasolina, restaurantes, cines o cajeros. Según el estudio, para los comercios que adaptaron su tecnología para tarjetas con chip EMV -que permite transacciones más seguras- el fraude se redujo en un 75 %. 

Por último, se detectaron dos modalidades más: “robo de identidad”, en el que se reportaron más de 130.000 casos, y “apropiación”, en el que los estafadores se hacen pasar por el titular de la tarjeta y solicitan una nueva de reemplazo informando falsamente su pérdida. 

El panorama en Colombia 

Jaime Rincón, director de Gestión Operativa y Seguridad de Asobancaria, gremio que representa al sector financiero colombiano, en entrevista con EL COLOMBIANO, aseguró que la modalidad de fraude que mayor crecimiento ha tenido en los últimos años es la obtención ilícita de la información de la tarjeta de crédito. 

“El número de casos en los que, mediante ingeniería social, los delincuentes se hacen pasar por entidades ofreciendo beneficios y logran que los usuarios revelen información como el número de la tarjeta, fecha de vencimiento y código de seguridad, han venido en aumento”, expresó Rincón. 

Por otro lado, en cuanto al panorama del comercio electrónico en el país, Rincón afirmó que en los últimos cinco años las tarjetas de débito han tenido un crecimiento del 61,2 %, cifra que corresponde a 6,2 % en el caso de las tarjetas de crédito, es decir que, a enero de 2021 hay 36,7 millones de tarjetas débito y 14,6 millones de tarjetas de crédito. 

“De acuerdo con el X informe Minsait, de tendencias en medios de pago, la cantidad de tarjetas débito duplica las de crédito en Colombia. Por otro lado, las compras en enero de 2021 con tarjeta de débito crecieron en 25 % frente al mismo mes en 2019, y las compras con tarjeta de crédito crecieron en 23 % en el mismo periodo de tiempo. Es decir, las tendencias de pago medidas por tarjetas presentan un avance significativo en el uso de estas”, apuntó Rincón. 

Según el informe de comercio electrónico y perspectivas de la Cámara Colombiana de Comercio Electrónico, para el año 2020, las ventas de este tipo crecieron 4,66% mensualmente en promedio, lo que implicó un total de 29,05 billones de pesos en transacciones resultantes de las compras en línea, y además un crecimiento de 30,6 % respecto al año 2019. 

Por su parte, Rincón también señaló que el 41,2 % del total de reclamaciones por fraude el año pasado en Colombia fue por robo de datos por medio de la información de canales digitales como la clave del portal bancario o de la banca móvil. 

Ante esto, Rincón aclaró que “las entidades financieras nunca van a solicitar información personal o de seguridad de los productos financieros a través de correos electrónicos o llamadas telefónicas”. 

Prevenga las estafas 

Es recomendable que las personas desconfíen de cualquier comunicación que reciban de sus entidades, no siempre los correos son confiables, es mejor si se va a ingresar a realizar algún tipo de transacción ingresar desde la banca electrónica y desde el equipo registrado en la entidad para prevenir fraudes, adicional no realizar transferencias desde links enviados al correo electrónico, revisar siempre muy bien las paginas donde se van a realizar pagos en línea.  

Para Rincón, por su parte, la mejor recomendación para evitar ser víctima de robo o fraude a través de canales presenciales y no presenciales es la prevención. 

“Antes de ingresar el usuario y contraseña en la sucursal virtual, asegúrese de que el enlace corresponde a la página web oficial del banco. Teclee usted mismo el enlace de su sucursal virtual y evite llegar a este a través de enlaces que le envíen al correo. No entregue información financiera, como usuarios y claves de acceso a su sucursal virtual o el número de tarjeta, fecha de vencimiento y código de seguridad de su tarjeta de crédito por ningún medio, a menos que esté realizando una compra, y cuando esto suceda asegúrese de que esté en la página web oficial del comercio”, enfatizó Rincón. 

En cuanto a las acciones que debería implementar el sistema bancario del país, Gómez advirtió que es importante que se genere una cultura de cuidado y hacer campañas, especialmente para las personas que tienen su primer contacto con el dinero plástico y con las compras en línea: “La banca debe implementar una cultura de crédito consciente, así como la socialización, no solamente de los beneficios de un producto, sino también de los riesgos”, dijo. 

También es importante que tanto los usuarios como las entidades bancarias prevengan cualquier tipo de fraude. En el caso de las entidades bancarias y financieras implementando soluciones tecnológicas que los alerten de cualquier fraude que se pueda presentar al interior de la entidad. Información tomada del artículo del Colombiano.com