Editorial Junio 2017

Globalización y crimen organizado, los retos del oficial de cumplimiento

La economía globalizada, así como los avances tecnológicos han proporcionado una infinidad ventajas financieras, desarrollo y modernización de los servicios bancarios, sin embargo también favorece la proliferación e infiltración de organizaciones criminales con alcance internacional que se ocultan en el anonimato y la extraterritorialidad, estos grupos han diversificado su accionar delictivo utilizando las plataformas modernas para ejecutar delitos relacionados con trata de seres humanos, trasiego de órganos, narcotráfico, fraude, delitos informáticos, piratería, lavado de dinero, robo de arte, infiltración de negocios legales, tráfico ilícito de armas, actividades terroristas, entre otros.

La comunidad mundial ha buscado hacer frente a los flujos ilícitos derivados del narcotráfico, en el año 1989, los países que conforman el G7, fundaron el GAFI-FATF (Grupo de Acción Financiera Internacional/Financial Action Task Force Against Money Laundering), un organismo dedicado a prevenir, detectar y neutralizar el lavado de activos y financiamiento del terrorismo.

El GAFI-FATF, diseñó 40 Recomendaciones para prevenir el lavado de activos, un conjunto de estándares internacionales las cuales luego de los atentados del 11/09 contra los Estados Unidos, han sufrido modificaciones importantes, con el objetivo de incorporar además del Lavado de activos otros crímenes que amenazan la integridad de los flujos financieros, como lo son el financiamiento del terrorismo y medidas para combatir el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva.

Las últimas recomendaciones emitidas por GAFI incorporan regulación para sectores no bancarios, con el objetivo de abarcar la mayor cantidad de mercado que cumpla con los lineamientos de prevención del Lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo, esto supone un reto para los oficiales de cumplimiento, ya que deben permanecer en constante evolución, estudio e investigación acorde a las nuevas directrices con el objetivo de modernizar los sistemas de prevención. Las nuevas tecnologías, la inclusión financiera, el dinero virtual, dinero móvil y las transacciones financieras no bancarias cambian el sistema clásico de “conocimiento del cliente”.

Considerando los avances tecnológicos, la modernización de la banca y teniendo en cuenta que las organizaciones criminales y terroristas perpetran su accionar en forma altamente organizada con planes complejos y cambiantes para evadir las regulaciones, destinados al enriquecimiento y la expansión, resulta necesario enfrentar dicha amenaza de manera igualmente organizada y por medio de un plan que sistematice las acciones con un alto nivel de interoperabilidad, con el objetivo de prevenir y minimizar el daño que causa a nivel nacional e internacional el lavado de activos (LA) y el financiamiento del terrorismo (FT).


William Bolaños
Jefe de Cumplimiento, Coopenae.