¿Se pueden regular los códigos?

Las DeFi son el futuro de las finanzas, pero son relativamente nuevas por lo que aún no sé conoce bien como podría regularse sin que afecte su principio de descentralización.

Y es que con un crecimiento acelerado como el que han tenido las DeFi en los últimos años a puesto a correr a las entidades reguladoras por ver como podrían regular las mismas, y es que estas entidades abogan a que las DeFi pueden llegar a ser un punto de lavado de dinero muy importante y todo esto gracias a que no se puede, por el momento, rastrear o hacer un debido proceso de KYC en ellas.

Se están obteniendo ganancias masivas, pero, al mismo tiempo, los inversores DeFi también están perdiendo dinero porque DeFi no está regulado, moderado, alojado o validado por una autoridad central, no tiene intermediarios, solo se impulsa por contratos inteligentes. Por lo tanto, si un contrato inteligente falla o es atacado, los consumidores no tienen compensación.

De hecho, desde 2019, los protocolos DeFi han perdido unos 285 millones de dólares por hackeos y otros ataques de exploits. Y como afirmaron los expertos, la mayoría de los hackeos se debieron a la incompetencia de los desarrolladores y a errores de codificación. Eso es significativo cuando el sector depende totalmente del código.

Hester Peirce, de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, dijo en una entrevista con Forkast.News sobre DeFi en febrero: “Va a ser un reto para nosotros porque en su mayoría, la forma en que regulamos es a través de intermediarios, y cuando realmente construyes algo que está descentralizado, no hay intermediarios. Es estupendo para la resistencia de un sistema. Pero es mucho más difícil para nosotros cuando tratamos de entrar para averiguar cómo regularlo”.

Las preocupaciones de los reguladores suelen girar en torno a la volatilidad de los mercados de criptomonedas en contraste con la moneda respaldada por el gobierno, el riesgo de blanqueo de dinero y financiación del terrorismo, la naturaleza no regulada del mercado y la ausencia de recursos para las pérdidas financieras.

Se espera que los exchanges y los proveedores de monederos sean el centro de atención de los reguladores. Los exchanges descentralizados permiten a los usuarios hacer trading directamente desde sus monederos de manera P2P sin intermediarios. El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), organismo mundial de vigilancia del blanqueo de capitales, tiene a los exchanges en el punto de mira. Christopher Harding, director de cumplimiento de Civic, señaló que el GAFI propuso directrices que sugieren que las DApps tendrán que cumplir con las leyes específicas de cada país que aplican los requisitos del GAFI, la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo.

En un entorno de código abierto en el que los proyectos se desarrollan a una tasa media de crecimiento compuesto del 20% anual, encontrar el momento justo para regular, en el que se proteja a las personas del riesgo, pero no se limite la innovación, es un problema clásico a resolver. Algunos gobiernos han abordado la consecución de este equilibrio mediante el uso de directorios para la regulación (Reino Unido, Bermudas, India, Corea del Sur, Mauricio, Australia, Papúa Nueva Guinea y Singapur), mientras que otros han ido directamente a legislar (San Marino, Bermudas, Malta, Liechtenstein).

Ciertamente, parece que los exchanges y los desarrolladores de software podrían estar en el punto de mira de los reguladores. Anticipamos que los reguladores buscarán formas de mejorar los procesos de garantía de calidad de la tecnología y la gobernanza de DeFi, lo que solo puede hacerse junto con el sector.

Fuente: COINTELEGRAPH