Una de cada dos transacciones fraudulentas en el sector financiero se relacionó con el robo de cuentas corriente.

La transformación tecnológica también ha sido aprovechada por los cibercriminales, quienes saben que los teléfonos móviles son blanco perfecto para el robo de identidad y el fraude, pues en ellos las personas almacén todo tipo de información. Además, es cada vez más común que diversos servicios nos pidan vincular nuestros números telefónicos para autenticar accesos y dar así más seguridad a nuestra información, el famoso autenticador de doble factor.

La llamada del “empleado bancario” que nos alerta de un cargo a nuestra tarjeta de débito o crédito en realidad se trata de un engaño conocido como vishing en el que los estafadores se hacen pasar por representantes de una institución y convencen a los usuarios de que existe un problema con su cuenta.

El resultado es que la víctima entra en pánico, proporcionando toda la información de acceso a su banca digital, lo que permite a los criminales ingresar a las cuentas de los afectados.

Las estafas realizadas por medio de mensajes SMS se conocen como smishing, método que usan los cibercriminales para engañar a los usuarios por medio de mensajes provenientes supuestamente de sus bancos u otros servicios, con el fin de que hagan clic en un enlace que los llevará a páginas diseñadas para robar información confidencial, entre ella, credenciales de acceso a cuentas y datos bancarios.

El peligro de estos métodos de engaño radica en que, si bien, mucha gente está familiarizada con las estafas por medio de correo electrónico (phishing) y sabe cómo reconocerlo y evitarlo, la mayoría no sabe del daño que podría generar un intento de smishing o de vishing, ya que suele ser un canal inesperado. Además, mientras que los e-mails maliciosos pueden ser filtrados incluso por medio del mismo servicio de correo electrónico, los mensajes de texto suelen pasar inadvertidos por los operadores móviles. De la misma forma funciona el vishing, que apuesta por el factor de urgencia para lograr que los usuarios den información durante la misma llamada, por ello, los cibercriminales estarán dispuestos a lanzar amenazas con el fin de que la víctima actúe rápido.

Para el primer trimestre de este año, las estafas relacionadas con bancos rondan el 10.04%, una cifra muy similar a la que se reportó en 2020, esto en parte por la continuidad de restricciones asociadas con la pandemia que generaron también un incremento en el uso de plataformas de comercio electrónico y por consecuencia de banca en línea.

Así mismo, durante 2020 la proporción de incidentes detectados relacionados con fraude bancario aumentó 20 puntos porcentuales con respecto a la cifra de 2019, es decir pasó de 34% a 54%. Esto significa que una de cada dos transacciones fraudulentas en el sector financiero se relacionó con el robo de cuentas corriente.

Los cibercriminales adaptan constantemente sus objetivos para mejorar sus estafas y lograr que sus mensajes sean convincentes. En el caso de los SMS, el impacto ha aumentado debido a que los mensajes están directamente relacionados con el interés del público sobre la pandemia y el aumento en el uso de la banca móvil “, explicó Roberto Martínez