El impacto financiero por el Covid-19: Nuevas regulaciones contra el fraude y el lavado de activos en Latinoamérica

La pandemia del Covid-19, no ha sido la única calamidad mundial que ha impactado la economía de billones de personas. Al igual que la emergencia sanitaria que se vive en la actualidad, desde hace muchos años el lavado de activos ha sido una amenaza global, de difícil detección y monitoreo, el cual se ha fortalecido y expandido considerablemente a raíz de una virtualidad obligada por la situación actual.

La crisis sanitaria ha favorecido a las mentes criminales, las cuales se han aprovechado de un sistema financiero vulnerable y poco preparado para ataques tecnológicos; en el que se propagan rápidamente nuevos métodos delictivos en el ciberespacio, entre ellos la suplantación de identidad, el malware y el pishing, entre otros.

Afortunadamente en la actualidad encontramos en el mercado herramientas tecnológicas muy valiosas como Sentinel, que se anticipan a las estrategias de las mentes criminales, ajustándose y renovándose constantemente a los nuevos avances tecnológicos.


Más allá de una crisis mundial

Así como la crisis generada por el Covid-19 se convirtió en un problema mundial, el lavado de activos no se queda atrás, según información de la Organización de las Naciones Unidas a través de su Oficina contra la Droga y el Delito (UNODC) se estima que aproximadamente 1.6 trillones de dólares provenientes de actividades ilícitas se convierten en lavado de activos1.

Nuevas técnicas de lavado de dinero surgen a diario y muchos de los controles que alguna vez se tenían, simplemente ahora son herramientas ineficaces. La pandemia se ha tomado todo el protagonismo, lo cual hace más complejo para los gobiernos y el sector privado, la detección, prevención e investigación del lavado de activos.

Entre algunas de las nuevas formas delictivas de lavado de dinero por la pandemia del Covid-19 encontramos:

  • Utilización de criptomonedas.
  • Activos digitales.
  • Sitios Web falsos.
  • Estafas piramidales.
  • Adulteración de productos médicos.
  • Creación de empresas fantasma.
  • Malversación de fondos.

Es notable como la pandemia de coronavirus Covid-19 ha creado diferentes retos para el sector bancario y para las autoridades encargadas de la regulación del blanqueo de capitales y el terrorismo financiero.

Un ejemplo concreto lo encontramos en medio de la pandemia, con la sobrevaloración del Bitcoin en un 340 % en tan solo tres años. Lo cual generó el aumento de la utilización de mezcladores de criptomonedas o Mixers, herramientas virtuales (usualmente con acceso a través de la Deep Web) que mezclan las monedas con las transacciones de otros usuarios para así aumentar la privacidad y obtener un anonimato2.

Este proceso dificulta el rastreo de las transacciones, ya que las criptomonedas depositadas por el usuario son diferentes a las que recibe, haciendo complejo conocer las fechas, cantidades o información relacionada con dichas operaciones. Cuando se finaliza la mezcla de criptomonedas, cada usuario recibe el monto depositado en su billetera menos la comisión por el uso del mezclador.

Regulaciones y medidas de control contra el fraude

Según un comunicado del GAFILAT (Grupo de Acción Financiera Latinoamericana), para que cada sector económico pueda garantizar un óptimo desempeño frente al crimen derivado del lavado de dinero y la financiación del terrorismo, se deben llevar acabo medidas de control y regulaciones para así mitigar los problemas que enfrentan los países latinoamericanos o la comunidad internacional en tiempos de pandemia.

Entre las recomendaciones más relevantes encontramos:

  • “Emitir comunicados públicos en donde se alerte sobre potenciales amenazas y prácticas abusivas asociadas a la explotación de la crisis del COVID-19.
  • Fomentar el uso responsable de servicios digitales financieros y no financieros guardando un balance entre el acceso a dichos servicios y las medidas de prevención de lavado de activos y financiación del terrorismo.
  • Fomentar el uso de la identidad digital, según corresponda, para ayudar a las transacciones financieras y de activos virtuales, procurando implementar las medidas de anti lavado de activos y financiación del terrorismo, con un enfoque basado en riesgo.
  • Velar por la integridad y buen funcionamiento de los bancos, transmisores de dinero y otros sectores financieros mediante medidas tecnológicas que aseguren una debida diligencia basada en el riesgo que representen sus clientes y usuarios, así como los diferentes productos y servicios que ofrecen”.3

Una herramienta sólida y confiable contra el fraude

La pandemia del Covid-19 todavía no ha llegado a su etapa final, y es muy probable que las mentes criminales sigan aprovechando las brechas originadas por esta calamidad mundial. Es importante acatar las recomendaciones de la GAFILAT y contar con herramientas tecnológicas fiables y adecuadas. En el mercado se encuentran un sinfín de herramientas virtuales que pueden generar desconfianza y no brindar la tecnología o la protección necesaria.

En respuesta a esta vulnerabilidad digital contra el lavado de dinero, algunos bancos ya están implementando herramientas virtuales basadas en la inteligencia artificial y el aprendizaje automático; las cuales se apoyan en tecnologías inteligentes que en base a un comportamiento histórico, patrones previamente analizados y la detección de anomalías, ayudan a generar un reporte más detallado en la prevención contra el fraude.

Sentinel ofrece una solución contundente e incluso va un paso adelante. Tiene modelos avanzados de Machine Learning que brinda opciones de algoritmos de última generación como Deep Learning, Redes Neurales, Arboles de Decisión, entre otros. Además de ofrecerle a las empresas del sector financiero un análisis predictivo para la prevención de fraude, lavado de dinero, análisis de riesgo y comportamiento de los clientes, entre otros.

Es crucial que las entidades financieras sigan las respectivas recomendaciones y adquieran nuevas tecnologías, las cuales ayudarán a disminuir el impacto criminal, para así combatir los actos delictivos derivados de la pandemia.